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El trono del Stmo. Cristo del Amor es un histórico trono de orfebrería de estilo neogótico, aunque se ha compuesto en varias etapas. Sus dimensiones son tales que permiten veinticuatro santeros holgadamente. El primer cuerpo del trono, así como la crestería, procede de la Venerable Archicofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno. Siendo consiliario primero de ésta don José Chacón, Marqués de Campoaras, lo adquirió a un comercial de la casa Leoncio Meneses, para el Viernes Santo de 1906. Este antiguo cuerpo, en el diseño original, era el segundo, pues el primero de ellos consistía en un tapizado de terciopelo morado, al cual se adherían los atributos de la pasión.


 Estas chapas, en la conocida aleación de plata Meneses, aunque restauradas, componen la parte más antigua y principal del trono del Santísimo Cristo del Amor, conservada con mucho acierto por nuestra hermandad, a la que pertenecen desde que se adquirieron a la archicofradía Nazarena en 1972. Así, en el año 2000 se realizó una amplia restauración de dicho trono, completando con otro segundo cuerpo neogótico, diseñado en el taller de don Juan Angulo Servián. Conjuntamente se sustituyeron los antiguos faroles esquineros por otros cuatro faroles plateados del mismo estilo y seis candelabros que reproducen los modelos de las antiguas candelerías procesionales de fines del siglo XIX.


Este trono es uno de los tronos emblemáticos de la santería lucentina, y la imagen del Nazareno del Amor cargado con la cruz el Martes Santo en este trono, movido por su cuadrilla de santeros, vestidos de túnica roja, es una de las estampas más bellas y genuinas de esta tarde de pasión. Dos ángeles turiferarios, tallados en madera, dorada y policromada, se sitúan a las plantas del Divino Redentor. Estas imágenes son anónimas y realizadas en el siglo XVIII, han sido restauradas recientemente. Llegaron a la parroquial de San Mateo con la donación de don Domingo María de Tapia en 1867, según consta en el legajo de inventarios descritos como “dos ángeles vestidos”.


Fotografía: J. Ferrer