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CRUZ

El Cristo del Amor posee varias cruces, pero el Martes Santo sale con una cruz hueca de madera, salida en un casual hallazgo del derribo de una casa solariega lucentina. A esta cruz se le tallaron los nervios, y en 1987 se estrenaron cuatro grandes casquetes de orfebrería, dorados y plateados, que ennoblecen el madero del martirio. Estos remates fueron realizados por el orfebre sevillano Manuel de los Ríos. Esta cruz sustituyó a otra, que aún se conserva, realizada en la década de los sesenta.
En su altar de San Mateo, el Cristo carga la cruz hexagonal donada y realizada en 1990 en madera por el desaparecido Antonio Luis Granados Ocaña. Esta cruz se remata asimismo con nobles casquetes de orfebrería. Posee dos parejas, unos plateados, realizados por orfebrería Paula Ruiz y otros dorados, más recientes, obra de los talleres de Juan Angulo.


TUNICAS

El Santísimo Cristo del Amor es vestido por su equipo de mayordomía al uso de los Nazarenos del sur de Córdoba, si bien desde 1973 viste túnica blanca en sus cultos y procesión, por designio de los hermanos de la cofradía. Posee varias de estas piezas, de estilo sencillo y diversos tejidos, rematadas por galones y pasamanería simple. Es costumbre ceñir la cintura del Santísimo Cristo con un cíngulo dorado. En recuerdo de sus camareras, doña Victoria Rojas del Pino y hermana, que vistieron al Señor hasta el segundo tercio del siglo XX, existen dos túnicas de nueva factura, en terciopelo grana y tergal morado, con las que viste la venerada efigie durante gran parte de Cuaresma y Adviento. Son destacables la túnica donada por la familia Granados Ortega en 1995, de terciopelo blanco de Lyón, y lujoso galón dorado en el cuello, mangas y parte inferior. Esta pieza fue realizada en Lucena por Enrique Cuenca López. Las túnicas del Santísimo Cristo del Amor se caracterizan por ser más largas en la parte posterior, donde tienen una pequeña cola que cae desde la peana del trono, y a la vez más cortas por la parte anterior, dejando ver los pies desnudos de la sagrada imagen. Es común poner a las plantas del Señor un generoso ramo de espigas eucarísticas.
En 2008, coincidiendo con el II Centenario de la hechura de la imagen, fue estrenada una magnífica túnica bordada en oro fino por el taller sevillano de Mariano Martín Santonja. Combina distintos tipos de punto y un diseño barroco donde destacan los motivos eucarísticos como el pelícano y el cordero pascual, que parecen anticiparnos en cada tarde de Martes Santo que Dios es Amor.

OTRAS PIEZAS


Es piadosa costumbre para resaltar la naturaleza divina de Jesús, colocarle un juego de potencias doradas o plateadas. Varios posee el Cristo del Amor, de orfebrería y estilo neobarroco, pues no se conservan ningunas contemporáneas de la imagen. Fruto de varias donaciones fue un juego de potencias en plata, corona de espinos y corazón, realizo en 2002 por Juan Angulo Servián. La magnífica corona que luce el Martes Santo, de plata sobredorada, es del siglo XVIII.