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AL CRISTO DEL AMOR...




Sólo a la verdad,
a la verdad le temo.

Cuando el mundo tiembla,
no tiemblan los cuerpos,
se agitan las almas, 
se muere por dentro
y queda la vida
con gran desaliento
sólo a la verdad,
a la verdad le temo.

Vivo o derrotado,
apresado o muerto,
porqué no están juntos
ruina con remedio,
mayor si es del alma
todo el desconsuelo:
sólo a la verdad, 
a la verdad le temo.

Por eso Te busco,
pues refugio encuentro
y mi verdad triste
ya no es mi tormento,
Padre del Amor,
contigo no temo.

Manuel Guerrero Cabrera