La Iglesia Parroquial de San Mateo se levanta sobre lo que debió ser otro templo cristiano más pequeño erigido a partir de la reconquista, posiblemente en lo que sería la mezquita mayor musulmana y, con anterioridad, la sinagoga de la Lucena Judía. En la parte exterior de la cabecera del templo se puede apreciar parte de muro de mampostería conservado de esas antiguas construcciones.
Es de muy valioso el retablo principal que adorna el altar mayor, obra maestra del manierismo renacentista español. La parte arquitectónica está realizada por Jerónimo Hernández y la imaginería por Juan Bautista Vázquez el Viejo. Se realizó en Sevilla entre 1570 y 1578, en madera de pino de Segura. Veinte años más tarde el pintor local Antonio Mohedano comenzaba los trabajos de dorado, estofado y policromado del mismo, de una admirable calidad. El retablo muestra escenas de la vida de Cristo en un espléndido conjunto de relieves y esculturas exentas, enmarcadas en una soberbia arquitectura .
El templo de San Mateo alberga en su interior una autentica joya del barroco andaluz, la capilla del Sagrario, realizada entre 1740 y 1772 sobre el proyecto del pintor y arquitecto local Leonardo Antonio de Castro. Los maestros Jerónimo y Acisclo Ramírez dirigieron las obras, mientras que el abigarrado plan decorativo del conjunto fue encomendado al escultor y retablista Pedro de Mena Gutiérrez, que realizó la talla de los estucos y del tabernáculo. Son de especial valor escultórico las tallas en madera policromada de los cuatro evangelistas, obra del jiennense José Medina. El acceso interior a esta capilla está enmarcado por una prodigiosa portada realizada en mármoles polícromos de la comarca y obra del cantero local Juan del Pino Ascanio.